Amor

Miró sus manos una vez más antes de volver a suspirar. Aquellas manos, antes suaves y delicadas, eran fiel reflejo del paso del tiempo. Levantó la mirada lentamente, hasta posarla en el espejo de marco plateado que presidía el tocador victoriano que llevaba tantos años con ella.

Aquellos ojos azules que la observaban tímidamente eran los mismos que años atrás le devolvieron la mirada en aquella misma habitación, entre las voces de los niños que jugaban en el salón, ahora tan vacía y silenciosa como su alma.

Pero el rostro... aquel rostro no parecía el mismo. La misma palidez, eran sus facciones, sin duda... Seguía siendo ella, a pesar de las arrugas y las manchas, de las imperfecciones y la flacidez... Seguía siendo su mirada, ahora cansada por el paso de los años.




Intentó sonreír a su yo de hace años, recordar su cabello dorado y ensortijado enmarcando su antigua cara fina, suave y lisa. Perfecta y joven. Pero apenas pudo esbozar una triste sonrisa cansada...

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Melancolía

Miró sus manos una vez más antes de volver a suspirar. Aquellas manos, antes suaves y delicadas, eran fiel reflejo del paso del tiempo. Levantó la mirada lentamente, hasta posarla en el espejo de marco plateado que presidía el tocador victoriano que llevaba tantos años con ella.

Aquellos ojos azules que la observaban tímidamente eran los mismos que años atrás le devolvieron la mirada en aquella misma habitación, entre las voces de los niños que jugaban en el salón, ahora tan vacía y silenciosa como su alma.

Pero el rostro... aquel rostro no parecía el mismo. La misma palidez, eran sus facciones, sin duda... Seguía siendo ella, a pesar de las arrugas y las manchas, de las imperfecciones y la flacidez... Seguía siendo su mirada, ahora cansada por el paso de los años.



Intentó sonreír a su yo de hace años, recordar su cabello dorado y ensortijado enmarcando su antigua cara fina, suave y lisa. Perfecta y joven. Pero apenas pudo esbozar una triste sonrisa cansada...
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